jueves, 7 de enero de 2010

Intereses Políticos En El Nuevo Aeropuerto


Los problemas con el nuevo aeropuerto de Quito curiosamente sale a luz a pocos meses del proceso electoral y denuncia básicamente tres aspectos: 1)Fallas técnicas que harían del aeropuerto de Tababela peor que el Mariscal Sucre; 2) Posible sobreprecio de 100 millones de dólares; y, 3) Mal uso de las tasas aeroportuarias.

He visto dos intervenciones televisivas: la del concejal Gonzalo Ortiz en el canal 5 y la de Roque Sevilla en el canal 3 y sobre las mismas quiero comentar a partir de los tres puntos arriba citados.

Es verdad que la DAC fue quien eligió el sitio hace muchos años y que parece absurdo que ahora la misma institución diga que el sitio no es el adecuado, pero nos preguntamos: ¿Porque la Alcaldía de Guayaquil a pesar de poseer los estudios de la DAC sobre Daular, contrato a una empresa llamada MITRE para que en 3 años realice estudios de aeronavegabilidad? ¿Es que acaso los estudios originales no eran confiables? Si la misma situación se ha dado en Quito, la Contraloría debería observar no solo al Municipio de Quito, sino también a laDAC como responsable de elegir un sitio que no es conveniente para los intereses aeroportuarios de la ciudad capital. Pero nada se dice sobre esto. Por otro lado, creo que con la tecnología actual los problemas que ha destacado laDAC pueden ser superados.

El concejal Ortiz aduce que la contraloría comete un error tremendo al establecer un probable sobreprecio por que se compara al aeropuerto de Tababela con el de Guayaquil y dio a entender que el Jose Joaquin de Olmedo era de segunda comparado con el de Quito. Es verdad que no se pueden comparar porque en Tababela no existe la infraestructura de luz, teléfonos, electricidad, vías, etc. Pero eso no significa que no se pueda comparar, por ejemplo, el costo por metro cuadrado de las terminales como parece haberlo hecho la Contraloría.

El Plan Maestro de la de Guayaquil, sus estándares técnicos y de construcción fueron establecidos por Lufthansa Consulting y luego revisados por técnicos deIATA y OACI. Además la AAG contrató a una compañía internacional de renombre, ya que estaba fiscalizando la ampliación del aeropuerto de Miami, para que fiscalice la construcción del José Joaquín de Olmedo. Finalmente todos los que hemos usado la Terminal de Guayaquil podemos constatar que nada se ha escatimado en su construcción, por lo tanto, mal hizo el concejal Ortiz en tratar de minimizar la terminal de Guayaquil y bien hace la Contraloría en comparar costos de metro cuadrado de las terminales, considerando además que la construcción en Guayaquil es más cara por el tipo de suelo.

Roque Sevilla, por otro lado, critica el uso de las tasas que se cobran en el Mariscal Sucre para construir el nuevo aeropuerto y considera que se debe reconocer ese valor al Municipio como representante de la ciudadanía que ha pagado esas tasas. Estoy de acuerdo con él. Esta es la parte del negocio que no fue conveniente para los intereses de Quito. La Corpac ha defendido esta situación aduciendo que Guayaquil está haciendo lo mismo ya que el 50,25% de los ingresos que el concesionario entrega anualmente a la Alcaldia de Guayaquil van a ser utilizados en el futuro para la construcción del aeropuerto en Daular. Hay una gran diferencia: en Guayaquil ese dinero es de la Municipalidad, en Quito es del concesionario.

Si nos olvidamos de la legalidad del sui géneris sistema de selección de la concesionaria que siguió la Corpac, lo lógico hubiera sido establecer en el contrato, como obligación del concesionario, la construcción de Tababela y laADMINISTRACIÓN del Mariscal Sucre. Se le hubiera reconocido un valor mensual por esa administración hasta que empiece a operar el nuevo aeropuerto y disponer que TODOS los ingresos que produzca el Mariscal Sucre en ese período sean del Municipio de Quito, el que los aportaría para la construcción del nuevo aeropuerto como préstamo o como aporte de capital en una empresa de economía mixta con el concesionario.

No hay comentarios:

Publicar un comentario